Aquí os traigo una forma
de sorprender a los peques.
Con un cúter, cortaremos
una pelota de tenis haciendo que parezca una boca y dejaremos a los niños
encargados de pintar los ojos.
Por la parte de detrás,
pegaremos una ventosa para poder poner la pelota en la pared sin dañarla.
De esta forma tan
sencilla, tendremos una carita sonriente multifunción ya que puede sujetar lápices,
cartas, toallas pequeñas...
Ester
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